En el año 2012, principios del siglo XXI, en el sur de Europa, un país que escribe su historia con el Quijote, la batalla de Trafalgar, el descubrimiento de América y que su paisaje sigue estando repleto de naranjos por el Mediterráneo, viñedos y llanuras de trigo por la meseta, vacas en el Cantábrico y cruzado de cañadas para la trashumancia del ganado.
Se habla de crisis, de mercados, del paro, seguridad alimentaria, ecología, etc. El avión y el AVE están a la orden del día como señal de modernidad y progreso. Las personas tenemos más tiempo para nuestro móvil o el portátil que incluso para nuestras familias.
Este país se llama España, mi querida España, como decía cierta canción. Un país que se seca y seca por horas más que por días. El paisaje antes descrito puede pasar a ser parte de la historia o ser un desierto africano.
Los agricultores y ganaderos deciden que sus jefes de organizaciones agrarias y cooperativas se reúnan con el Ministerio de Agricultura para afrontar el problema de la sequía. La situación es crítica, el cereal se pierde poco a poco, la hierba para el ganado no aparece, los embalses semivacíos, empieza a peligrar el agua para el uso de boca.
Desde comunidades de regantes nos aconsejan reducir las siembras de primavera (maíz, arroz, alfalfa).
Ante esta situación los representantes agrarios piden al ministerio ayuda, SOS. Se pide decreto de sequía. Rebajas fiscales. Aceleración en las obras hidráulicas. Ayudas en el pago de la Seguridad Social.
PERO…………………………………………….
El gran jefe del Ministerio de Agricultura, un tal “CANUTO”, decide hacer de hechicero, recordando a Jerónimo. Y decir que si marzo ventoso y abril lluvioso, sacar a mayo florido y hermoso. Ni marzo fue ventoso, ni abril lo suficientemente lluvioso, por consiguiente mayo no ha salido florido y hermoso.
Con todo esto los resultados se ven ahora con una cosecha desastrosa y con cantidad de hectáreas sin cultivar por la falta de agua. Así como sin decreto de sequía y con ayudas ridículas que no palian en ningún momento la situación existente por la falta de lluvias en invierno y primavera.
A la guerra no iremos, pero España, esta España de todos se seca, el campo pasa hambre y poco a poco desaparece y con él nuestros PUEBLOS.
Aún así tened presente este proverbio indio:
Mejor trozo de pan bajo un árbol, que banquete en prisión.
QUE TORPEZA LA DE UN HOMBRE BLANCO.
Responsable Ovino UPA Aragón
