Blog de opinión

Artículos de opinión del secretario general de UPA Aragón

martes, 25 de marzo de 2014

DE NUESTROS PUEBLOS Y RAICES NO NOS MOVERÁN




Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
           
Así fue como le sucedió al viejo continente. Terminada la II Guerra Mundial y ante la escasez de alimentos y de poca calidad de que disponían los ciudadanos europeos, algunos países líderes en políticas sociales, democracia, y libertad e igualdad de las personas, pusieron en marcha una Política Agraria Común (PAC) con el fin de tener asegurados esos alimentos tan necesarios que estabilizarían y pacificarían a sus ciudadanos.

Pasados 40 años y estando a finales del S.XX se decidió realizar una gran ampliación de la UE hasta el modelo actual formado por 28 países. Los temores a guerras, dictaduras, crisis políticas y económicas se creían superados, afortunadamente.

Ya en pleno S.XXI estos 28 países han vuelto a aprobar una PAC con un reparto de dinero público totalmente necesario y justificable para el sector agroganadero directamente y con repercusión indirecta y positiva para consumidores, empresarios del sector, trabajadores directos e indirectos del agro. También necesario para la supervivencia de nuestros pueblos y del mundo rural, con sus riquezas naturales incluidas (caza, pesca, ríos, bosques etc.)

Pero los jóvenes dirigentes del viejo continente han olvidado por completo el mandato de la PAC, que en sus primeros pasos no fue otro que asegurar alimentos en cantidad y calidad para sus ciudadanos. Estamos en años muy difíciles, en los que al parecer algunos gobernantes no temen la falta de alimentos.
Hoy todo se compra, todo se vende, don dinero lo puede todo, pero el dinero es un bien escaso. Escaso como lo son los alimentos para los mas de 900 millones de persona que están pasando hambre en el tercer mundo. Y alguno de ellos en el  primer mundo. “DONDE ESTA LA FAO”.

La PAC, aprobada recientemente y que se nutre de dinero público, no obliga a agricultores y ganaderos a producir materias primas para los alimentos (pagos desacoplados) y únicamente nos relega a los profesionales del sector a un papel secundario y marginal, arrinconándonos como si fuésemos la peste, fomentando también el abandono de nuestros pueblos, el deterioro del mundo rural, desequilibrando la vertebración de los territorios y perdiendo un legado milenario en cultura, historia y patrimonio.

En todo este ir y venir de intereses, los gobiernos de los estados miembros ratifican la PAC aprobada en Bruselas. De esta manera vemos impotentes los acuerdos bilaterales con terceros países (Norte de África, y Sudamérica), acuerdos en los que utilizan la agricultura y ganadería como moneda de cambio, dejando nuestras frutas, hortalizas, carnes, leche, cereales, etc. sin valor alguno y con muchas dificultades para subsistir nuestras explotaciones ante la nueva PAC, que en ningún momento compensa estas pérdidas.

Productos que llegan a Europa sin las exigencias sanitarias, de bienestar animal y de producción que aquí estamos obligados a cumplir. Productos agrícolas y ganaderos conseguidos con salarios ínfimos, en ocasiones con mano de obra infantil. “DONDE ESTA LA ONU”.

Esperemos que se recupere el sentido común y vuelvan a florecer los valores fundacionales de la PAC y esperemos que los dirigentes reflexionen, piensen con criterios objetivos, coloquen a cada oveja en su redil, reorganicen la situación para no vernos muy pronto en tiempos pasados de guerras y miserias que nacen del hambre y simplemente el hambre nace cuando no hay alimentos y esta política es lo que está haciendo, privarnos de nuestro derecho a alimentarnos dignamente y  de trabajar y generar riqueza para todos los ciudadanos.

Creo no exagerar al decir que estamos siendo testigos pasivos del mayor genocidio jamás conocido. Un genocidio que ningún tribunal juzgará, pero si lo juzgará la historia, y no debemos ser nosotros los agricultores y ganaderos los que lo contemplemos impasibles.

Tenemos que seguir luchando por nuestros derechos al trabajo, a tener unas rentas dignas que permitan vivir a nuestra familias y podamos seguir siendo esos fabricantes de alimentos para el resto del mundo y mantenedores de nuestra historia y raíces en nuestros pueblos.

Enrique Arceiz Casaus
Secretario de Organización de UPA Aragón